
Por Gabriela Orihuela
La noche del domingo 21 de febrero fue inolvidable. Se conjugaron sentimientos y emociones arraigados y genuinos: esperanza, amor, lealtad, fidelidad y, por qué no, pasión. La noche, ideal para implantar proezas, resultó el momento preciso para alabar la vida de quienes no pueden vivirla plenamente si de derechos se trata; marcó, además, el inicio de una semana que procura el primer paso hacia un mundo mejor.
«Son casi las 10 p.m. hay que subir (a las redes sociales) nuestras fotos», escribió RosMerys Castro en el grupo animalista Adopciones por Amor. Si te preguntas a qué fotos se refirió la protectora, debo comunicarle que fue a esa simbólica instantánea que logró captar la pureza de una lucha y la inmensa ambición de saldar una deuda con la naturaleza.

«El mes de febrero está llamado a que salga al tan añorado Decreto-Ley de Bienestar Animal. Por eso, exhortamos a todos lo que simpaticen con este noble empeño a que, desde sus casas, en su ventana, en un balcón, en las esquinas, en los parques -donde tantas veces hemos visto animales maltratados- enciendan una luz», de esta manera Bienestar Animal Cuba (BAC) lanzó la campaña.
La convocatoria se regó como pólvora y desde todos los rincones del país se proclamaba el respeto por nuestros animales. De acuerdo con Javier Larrea, presidente de BAC y director de El Refugio, el objetivo era encender «Una luz contra el maltrato animal», frase empleada como eslogan.

Recientemente, conocimos la dolorosa noticia de que en Santa Clara se envenenaron a varios amigos peludos. Perdieron la vida los perros de la protectora Leidy Laura Hernández, Pan y Peluchín compañeros leales de Javier Larrea, asimismo fueron condenados a morir los perritos comunitarios del Ferrocarril y los gaticos de la Logia.
«Varios actos criminales han sucedido en estos días, como el caso de Pasito o Campeón, víctima de las peleas de perros. Fue usado como sparring, es decir, animales utilizados para entrenar y ser asesinados por perros destinados a pelear. Por ellos y muchos otros abusados, abandonados y cruelmente torturados en las calles de nuestro país se pidió una luz, una luz de esperanza», agregó Larrea.
Cuba lleva años esperando por una norma legal que respalde los derechos de sus animales. Este mes parece entregarnos la tan esperada fecha. Ansiosos y felices; no obstante, estamos claros. Sabemos que el camino será largo y quedan todavía muchas metas pendientes y planes en el tintero. Sin embargo, el primer paso debía darse y casi está a las puertas.

Se necesita educación, crear conciencia, apostar por la disciplina y sumar personas preparadas y entregadas a una causa que se alza como eterna.
Ayer, de lejos o en la cercanía, pudimos disfrutar de centenares de velas ardientes, linternas luminosas, quinqués improvisados y de cualquiera cosa que pudiera utilizarse con el fin de ser parte de un momento único. No hay dudas, el movimiento animalista cubano está haciendo historia.

_ Increíblemente muchas personas me comentaban que anoche la Luna estaba más brillante que nunca, quizás sea una señal, quizás está indicando que este es el mes de la esperanza y que en medio de tanta oscuridad hacía falta encender una luz -comentó el presidente de BAC.
Bajo el mismo cielo que son mutilados los animales, que yacen muertos en las calles, que son abandonados y dejados como objetos sin sentimientos, que son empleados como medio de sustento económico, que son sacrificados, que son violados, que son masacrados y despreciados; bajo ese mismo cielo la noche del domingo devolvió la fuerza arrebatada por tantos años de desgaste y sufrimiento.
la noche del domingo devolvió la fuerza arrebatada por tantos años de desgaste y sufrimiento.
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